Iniciamos nuestro blog hablando de una técnica revolucionaria llamada Limpieza con Hielo Seco o Criogénica, un método que consiste en proyectar por aire comprimido un chorro de hielo seco en forma de pequeñas y compactas partículas llamadas pellets. Las piezas o equipos suelen ser difíciles de limpiar por la cantidad de residuos que se adhieren a la superficie. Limpiarlos con métodos tradicionales de chorreado en los que se utilicen agentes como arena, microesferas de vidrio o plástico acaba dejando restos de granulado y detergente, sin nombrar que ello implica el uso de químicos nocivos para la salud. Con el método criogénico nos olvidamos de los inconvenientes de la limpieza tradicional. Las partículas de dicho material pasan de estado sólido a estado gaseoso en el momento en que impactan en la superficie. De esta manera, la superficie del objeto queda totalmente seca y libre de sustancias secundarias. Además, al tratarse de una técnica que no deja rastro de humedad evita la conducción de electricidad, siendo viable para limpieza de motores e instalaciones con componentes eléctricos.
Funcionamiento de la pulverización con hielo seco
El funcionamiento del método de hielo seco es sencillo y sobre todo muy efectivo. El peletizador acelera los pellets de hielo seco de 3 mm con aire comprimido hasta alcanzar más de 150 m/s. Este frío de -79 °C congela la suciedad. Los pellets de hielo seco, con su gran velocidad, pueden entonces diluir la suciedad fácilmente. Cuando limpiamos máquinas y equipos en producción, es necesario el desmontaje, lo que repercute en los costes de producción del cliente. Con el chorro de hielo seco nos ahorramos este paso, evitándonos además la pausa, que de otra manera sería necesaria, para quitar la humedad de la superficie limpiada. Además, esta revolucionaria técnica no es abrasiva ni daña la superficie al limpiar, de modo que puede ser usada para la limpieza de materiales frágiles como níqule, aluminio blando o cromo, así como para deprender capas residuales como cola, barniz o grasas.
Ventajas
· Limpieza sin necesidad de desmontaje previo de equipos. Las partículas pulverizadas llegan sin problemas hasta el rincón más pequeño. · Limpieza ecológica sin sustancias químicas o detergentes abrasivos, de modo que no perjudica a la salud ni al medio ambiente. · No produce daños en la superficie de equipos e instalaciones. · No quedan restos. El hielo seco se sublima en CO₂ sin dejar residuos.